Cómo uso IA para ganar 2 horas al día en el taller

Por
Alfredo Luna
25 August 2025
2 min lectura

Para contarte cómo uso la inteligencia artificial en mi día a día en el taller, necesito llevarte un poco más atrás, mucho antes de que existiera ChatGPT o cualquier asistente digital.

Estamos en 1995. Yo era estudiante de preparatoria en el CECyT 9 del Instituto Politécnico Nacional, cursando la carrera técnica en programación de sistemas.

En una de esas clases, el profesor David nos planteó un ejercicio con la clásica estructura de if-then-else. Todos mis compañeros siguieron el camino obvio, pero yo encontré otra manera: un procedimiento más corto, un atajo que llevaba al mismo resultado. Recuerdo que el profesor me miró sorprendido y me dijo: “Esto es un movimiento de genialidad”.

Ese comentario me marcó, aunque en ese momento no lo supe valorar. Yo pasaba por etapas personales complicadas, con una autoestima frágil que no me dejaba ver lo que en realidad había logrado. Años más tarde entendí mejor lo que quiso decirme, cuando escuché en la película Hollow Man una frase que se me quedó grabada: “La genialidad es llegar del punto A al punto C sin tener que pasar por el punto B”.

Esa misma sensación de atajo, de salto mental, es la que vivo hoy con la inteligencia artificial. Porque en cierto sentido, ChatGPT me devolvió esa chispa que había sentido en aquella aula: la posibilidad de convertir ideas en resultados más rápidos, más claros y, sobre todo, más eficientes.

Cuando empecé lo hice como cualquiera, con dudas, con prompts sencillos, esperando respuestas básicas. Pero poco a poco descubrí que mientras más contexto le daba, más aprendía yo mismo a ordenar mis ideas, a estructurar mis problemas, a pulir mi forma de pensar. Hoy puedo pasar quince o treinta minutos escribiendo un prompt detallado, casi como si entrenara a un copiloto personal que entiende lo que necesito y me devuelve tiempo de vida.

Y aquí está lo más importante: no lo hago para que la tecnología me reemplace, sino para que me libere. Porque cada correo que responde por mí, cada explicación que prepara para un cliente, cada análisis que me ayuda a revisar, significa minutos que recupero. Minutos que puedo invertir en lo que de verdad me importa: reparar mejor, aprender más y estar presente con mi familia.

Lo que yo vivo en el taller con ChatGPT es solo un ejemplo. El verdadero protagonista de esta historia eres tú, que puedes aplicar la misma lógica en tu propio contexto. Porque la pregunta no es si la inteligencia artificial te va a quitar el trabajo, sino cómo vas a usarla para que te devuelva algo mucho más valioso: tu tiempo.

El tiempo que se escapa en lo repetitivo

Durante muchos años, antes de atreverme a trabajar con asistentes digitales, vivía atrapado en lo que parecía una rutina inevitable. Llegaba al taller y lo primero que me esperaba era una avalancha de mensajes: clientes preguntando lo mismo de siempre, precios de baterías, tiempos de entrega, garantías. Y no es que esas preguntas no fueran importantes, lo eran y lo siguen siendo, pero la realidad es que me robaban las mañanas completas.

Lo curioso es que no me daba cuenta de cuánto tiempo perdía en esas tareas hasta que empecé a medirlo. Responder mensajes, revisar la agenda, confirmar citas, repetir las mismas explicaciones una y otra vez. Horas que no regresaban, horas que se fugaban sin darme cuenta, horas que yo creía parte natural de la vida de un taller.

Y quizás a ti también te pasa, aunque no trabajes en reparaciones. Tal vez en tu día a día esas horas se escapan en correos que parecen no tener fin, en juntas que pudieron ser un mensaje, en procesos que haces manualmente porque “así siempre se han hecho”. Y aunque parece normal, la verdad es que cada minuto que entregamos a lo repetitivo es un minuto que nos estamos quitando a nosotros mismos.

Por eso este camino no empezó con una promesa de innovación futurista ni con grandes discursos tecnológicos. Empezó con algo mucho más sencillo y humano: darme cuenta de que estaba perdiendo mi tiempo en lo que no me acercaba a lo esencial, a lo que realmente sé hacer bien y disfruto.

🤖 El descubrimiento de una solución distinta

La primera vez que probé ChatGPT en serio no fue con grandes expectativas. Pensé que sería como esas herramientas que prometen mucho y al final se quedan en lo mismo. Pero lo sorprendente fue que, apenas empecé a darle un poco de contexto, me devolvió algo que no esperaba: orden.

Al inicio eran respuestas sencillas, un mensaje básico para un cliente que preguntaba por una batería. Pero con el tiempo descubrí que, si yo era capaz de explicarle a ChatGPT cómo funciona mi taller y cuál es la voz de mi marca, él podía responder como si hablara en mi nombre. Y ahí ocurrió algo importante: dejé de ser esclavo de lo repetitivo.

Para que te des una idea, aquí tienes un ejemplo real de un prompt que utilizo:

**“María Sánchez (clienta nueva) me contacta por WhatsApp.
Ella dice: ‘Los encontré por recomendación de Google y de Gemini, y he visto sus reseñas. ¿Me podrías dar información y precio del reemplazo de batería para un iPhone 11?’

Genera una respuesta empática y profesional utilizando nuestra voz y tono de marca para darle la información de acuerdo a la que ya tienes de la tienda. Incluye precio, tiempo y garantía, añade features de la pieza y beneficios de nuestro servicio.”**

En segundos, ChatGPT me devuelve una respuesta lista para enviar: clara, cálida, con todos los datos correctos, con el mismo tono que yo usaría. Antes me hubiera tomado 10 o 15 minutos redactarla entre otras interrupciones; ahora, la tengo en segundos y puedo dedicar ese tiempo a lo que realmente importa: reparar.

No se trata solo de ahorrar unos minutos, sino de tener un asistente invisible que nunca se cansa, que siempre responde con paciencia y que mantiene la coherencia de mi marca en cada mensaje. Eso, en un taller lleno de clientes y reparaciones, es un cambio enorme.

⏱️ El beneficio invisible: dos horas que regresan

Con el tiempo, me di cuenta de que ChatGPT no solo me estaba ayudando a contestar mensajes o a preparar respuestas más rápidas. Me estaba devolviendo algo que no tiene precio: horas de mi vida. En promedio, son dos horas cada día que ya no se van en lo repetitivo. Dos horas que puedo invertir en lo que realmente importa.

Un día esas horas extra significan entregar un par de reparaciones más y sentir que el taller fluye sin presión. Otro día, significan poder cerrar antes, ir a casa y cenar con mi familia sin la ansiedad de que hay trabajo pendiente. Y en otros momentos, esas horas se convierten en la oportunidad de abrir un libro, aprender algo nuevo o simplemente sentarme a pensar en cómo mejorar mis procesos.

No son horas que me regala la tecnología por arte de magia, son horas que yo decido recuperar al dejar de lado lo que antes me encadenaba. Y eso cambia todo: mi productividad, mi ánimo y hasta la calidad de mis decisiones. Porque cuando sabes que el tiempo está de tu lado, todo lo demás empieza a encontrar su lugar.

🌟 Tu tiempo es la verdadera ganancia

Al final, lo que ChatGPT me ha enseñado no es solo a ahorrar tiempo, sino a respetarlo. Porque cada minuto que recupero no es un regalo de la tecnología, es un recordatorio de que el tiempo siempre estuvo ahí, esperando a que yo lo usara mejor.

Reparar iPhones seguirá siendo mi oficio, mi pasión y mi forma de aportar valor. Pero gracias a la IA puedo hacerlo con más calma, con más enfoque y con más espacio mental para aprender, crecer y estar presente con los míos. Esas dos horas que hoy me devuelve cada día son la prueba de que la tecnología, bien usada, no nos aleja de lo humano: nos lo devuelve.

Y esa es la invitación que quiero dejarte. No importa si trabajas en un taller, si vendes un servicio o si llevas tu propia oficina en la mochila. El verdadero héroe de esta historia eres tú, porque solo tú puedes decidir cómo usas la IA en tu vida.

La pregunta no es si la IA te va a reemplazar. La verdadera pregunta es: ¿cómo vas a usarla para recuperar lo más valioso que tienes, tu tiempo?

“Cada minuto que recuperas con ChatGPT es una oportunidad para crecer, reparar mejor y estar presente donde importa.”
Alfredo Luna
desde Timm Repair